Problemas de distribución de aire en laboratorios y cómo resolverlos

Hay muchos tipos de laboratorios: desde laboratorios de I+D en los que se desarrollan nuevos productos y soluciones, hasta laboratorios de alto nivel en los que los científicos utilizan productos químicos, explosivos o incluso materiales peligrosos en su trabajo diario. Un atributo común a todos ellos es la importancia de un sistema de distribución de aire que garantice un suministro de aire de la máxima calidad y elimine los problemas relacionados con él. En muchos casos, las soluciones convencionales no son lo suficientemente eficientes como para proporcionar la mejor distribución de aire posible, pero el sector de la climatización evoluciona constantemente y existen algunas alternativas que responden a las necesidades de estos entornos extremadamente regulados.

 

 

 

 

distribución de aire en laboratorios

 

 

De las turbulencias de aire al confort: los principales puntos débiles

Quienes trabajan en diversos laboratorios saben que estas instalaciones pueden tener varios puntos débiles en lo que respecta a la distribución del aire y lo extremadamente importante que es en estos entornos tan controlados. Un ejemplo: los laboratorios que utilizan campanas extractoras deben garantizar una velocidad uniforme del aire en la sala, sin turbulencias. Y eso no es fácil de conseguir con el requisito de un volumen de aire excepcionalmente alto.

En los laboratorios de alto nivel se plantea una cuestión mucho más diferente. Dado que allí los científicos trabajan con materiales peligrosos o explosivos, es necesario instalar filtros HEPA que garanticen la filtración de partículas prevista. Históricamente, se pensaba que sólo las soluciones convencionales podían instalar filtros HEPA en sus difusores, pero, de nuevo, éstos crean otros efectos secundarios desagradables: corrientes de aire, puntos fríos y temperaturas desiguales.

Hablando de efectos secundarios desagradables, se dejan sentir mucho en muchos entornos de laboratorio en los que se desarrollan soluciones sin utilizar materiales peligrosos. Y estos laboratorios exigen el máximo confort para los empleados, lo que a la larga se traduce en mayor productividad y mejor salud. Pero, si hay constantes corrientes de aire o varios puntos fríos en la sala, la gente se sentirá generalmente menos motivada para hacer su trabajo.

Hay un detalle más que suele aparecer incluso antes de que los laboratorios entren en funcionamiento. Muchos de ellos se encuentran en espacios reducidos, con techos bajos, llenos de detectores de humo e incendios, cables eléctricos, herramientas, etc. Y cuanto mayor es la categoría del laboratorio, más alarmas y artilugios hay. El espacio más reducido suele dificultar la instalación de un sistema de distribución de aire adecuado, lo que puede convertirse en un verdadero quebradero de cabeza para ingenieros o arquitectos.

 

La mejor solución viene en tela

Los laboratorios con campanas extractoras se benefician especialmente del uso de conductos textiles. Tanto si se trata de una sola campana como de una sala llena de ellas, los conductos textiles garantizan un suministro de aire uniforme y sin turbulencias, con un gran volumen de aire que ayuda a que el equipo funcione correctamente. Los conductos textiles proporcionan una distribución uniforme del aire en cada centímetro del laboratorio, lo que permite desplazar las campanas extractoras sin tener que cambiar la ubicación de los difusores.

La situación del filtro HEPA también puede resolverse de forma bastante sencilla, ya que los conductos textiles pueden incorporarlos sin problemas. Si todo el sistema de distribución de aire está centralizado y se instalan filtros HEPA en la unidad principal de suministro de aire, puede funcionar perfectamente en combinación con conductos textiles. De este modo se garantiza la filtración de partículas prevista para los laboratorios de alto nivel. Y, al igual que en un laboratorio de baja calidad, el sistema seguirá suministrando grandes volúmenes de aire, creará una calidad de aire perfecta y no afectará a los procesos que tengan lugar en el interior de las instalaciones. Y lo que es más importante, los conductos textiles pueden utilizarse incluso en laboratorios de grado 3.

Con los sistemas de difusión de aire basados en tejidos, es posible crear una calidad de aire interior perfecta en los laboratorios más sencillos, donde la gente está desarrollando o creando nuevos productos, y el sistema eliminará las corrientes de aire y los sonidos no deseados. Además, los conductos textiles correctamente instalados reducen la probabilidad de que se produzcan puntos fríos, con lo que no sólo aumenta el confort, sino que también se reduce el riesgo de enfermedades de los empleados.

 

Flexibilidad sin comprometer el rendimiento

Las soluciones basadas en tejidos son ideales en estos entornos, ya que son más flexibles que los enfoques convencionales y pueden funcionar en los espacios más reducidos. Por eso, los conductos textiles se pueden adaptar fácilmente a los requisitos y tamaños específicos, y pueden sortear los mayores obstáculos para evitar cualquier infraestructura ya instalada en el lugar. Los ingenieros saben que los laboratorios requieren un gran volumen de aire y un entorno sin turbulencias para que todos los procesos funcionen sin problemas y con precisión. Cada vez más ingenieros se dan cuenta de que los conductos textiles son la mejor forma de conseguir este ideal.

 

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